Description

Reportaje n° 775, La ejecución del mural La marcha de la humanidad en América Latina en la Tierra y hacia el Cosmos. Miseria y Ciencia, realizado en 2,400 metros cuadrados de pintura sobre tableros de asbesto-cemento, con una fusión de aplicaciones metálicas, implicó para su autor David Alfaro Siqueiros instalar y acondicionar un gran taller adjunto a su casa morelense. El matrimonio Alfaro Arenal poseía una casa con su respectivo taller en la calle de Venus de la colonia Jardines de Cuernavaca. A los cuatro meses de haber arrancado el proyecto muural, resultaba insuficiente acomodar los paneles de asbesto-cemento ya que su dimensión requirió montar un espacio mayor que permitiera prefabricar la obra para ensamblarla. Ante dicha necesidad, David y Angélica compraron los terrenos adjuntos a su casa para comenzar a construir dos grandes talleres. Se levantaron las bardas y se techó parte de una de las dos áreas. Un taller "inmenso, lleno de máquinas, con andamios supermóvibles, con laboratorios para probar la química y la durabilidad de los colores, con materiales plásticos en abundancia, sin el sufrimiento de la limitación, con un departamento de fotografía, con cámaras fílmicas, con todo, todo lo que necesita un pintor muralista, hasta con los elementos accesorios para penetrar en el escabroso campo de la dinámica de los colores y la relatividad de las formas geométricas en el espacio activo" . y "Superficie de 500 metros cuadrados fue levantada la construcción con una altura de 8 metros, ésta sólo abarca la mitad del terreno; inmensos muros con ventanales hacia el sur y todo el norte abierto dejando libre la otra parte del patio para la circulación del aire y el más amplio campo visual. Su forma es una especie de gran rectángulo que a primera vista se convierte por la necesidad de usar todo el norte en hexágono. Su inmensa boca abierta tiene 23 metros de largo x 8 de altura; la parte más larga del taller mide de extremo a extremo 33 metros. Estructura de hierro en el techo cubierta de asbesto-cemento. Largos rieles por donde corren potentes grúas eléctricas de cuyas cadenas penden los grandes paneles de asbesto; reforzados a su vez con bastidores de hierro. Abajo los mismos grandes canales con una profundidad de dos metros, por los cuales han de descender los cuadros murales para quedar más arriba o más abajo, permitiendo así al artista trabajar a la altura que él desee." En esta segunda etapa de ampliación Suárez incluso solicitó a su hijos Marcos Manuel, ideara parte de la infraestructura. Fue el ingenioso joven quien concibió abrir largas zanjas en el piso pensando en que este método a través de poleas y cadenas evitaría al muralista de 69 años de edad trabajar de manera tradicional con andamios. En adelante, el lugar sería bautizado como "La Tallera", en femenino como reconocimiento a un espacio donde estaría procreándose arte: el mural más grande del mundo. Documentación realizada por América Juárez, 15 de diciembre del 2009.